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Incendios forestales en la selva amazónica de Brasil avanza a una velocidad récord

En lo que va del año se ha registrado más de 70 mil, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).

Miércoles 21 de Agosto, 2019

Estilos de vida
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Lamentablemente se dio a conocer que los incendios forestales en Brasil han alcanzado un récord que pone en alarma al mundo entero. En total se han registrado 72.843, en lo que va del año, según informó Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), lo cual significa un 83% más de los que se produjeron en el mismo periodo en el 2018 (39.759).

A través de imágenes satelitales se ha podido detectar, desde el jueves pasado, 9.507 nuevos incendios, principalmente en la cuenca del Amazonas, espacio que alberga el bosque tropical más grande del mundo y al que se le considera vital para contrarrestar el calentamiento global. Lo cual marca un funesto récord para los desastres ecológicos de la región, luego de ya 17 días de emergencia.

Estos desastres naturales son comunes en estaciones secas, pobres de lluvias en las zonas agrícolas de Brasil, pero también se ha señalado que podrían ser provocados por agricultores que carbonizan ilegalmente las tierras para poder dedicarlas a la crianza de ganado e, incluso, llegan a creer que el terreno que queda luego del incendio favorece el desarrollo de cultivos.

Además, los datos entregados por el INPE no son los únicos que demuestran los avances de la tala en la Amazonía. Satélites de la NASA han captado el aumento de alrededor de un 65% de los incendios desde que comenzó el 2019 en comparación al mismo periodo en el año 2018, sobre todo en las vertientes norte y oeste.

Los incendios forestales han aumentado en Mato Grosso y Pará, dos estados agrícolas que han empujado la agricultura hacia la cuenca del Amazonas y donde se ha estimulado la deforestación. En lo que al Perú respecta, el estado brasileño fronterizo de Acre ha decretado el estado de alarma ambiental desde el pasado viernes para tratar de paliar en algo los efectos negativos del avance de las llamas sobre cultivos y poblados originarios.